Alaska Airlines vivió un incidente inusual el 22 de diciembre en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma, cuando una pasajera del vuelo 323, tras sufrir un episodio de ansiedad, abrió una salida de emergencia y se subió al ala del avión.
La situación sorprendió tanto a la tripulación como a los demás pasajeros durante el desembarque en la puerta N9. El Departamento de Bomberos de Seattle fue llamado para ayudar a la mujer a descender de manera segura, y luego fue evaluada por la Policía del Puerto, quienes la enviaron a un hospital para una evaluación médica.
A pesar de la situación, no hubo heridos ni interrupciones en las operaciones del aeropuerto. Alaska Airlines agradeció la rápida respuesta de su personal, asegurando que el incidente se resolvió de manera segura. La aerolínea lamentó los inconvenientes causados y reafirmó su compromiso con la seguridad y el bienestar de los pasajeros.


