El primer miércoles de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Mental Materna, con la finalidad de sensibilizar a la población mundial acerca de la importancia de prevenir, detectar y ofrecer tratamiento a los trastornos mentales durante el embarazo, parto y postparto.
En muchos países, hasta una de cada cinco madres primerizas experimenta algún tipo de trastorno del estado de ánimo y ansiedad perinatal (TAPM). Estas enfermedades suelen pasar desapercibidas y sin tratamiento, a menudo con consecuencias trágicas y a largo plazo tanto para la madre como para el niño.
Estos trastornos afectan a mujeres de cualquier cultura, edad, nivel económico y raza. En muchos casos, las propias mujeres ocultan o minimizan sus síntomas. Y esta situación termina por afectar también a los papás y a toda la familia, y por supuesto a los bebés.
En este contexto, el rol de la pareja es fundamental: debe estar atenta, informarse, ofrecer apoyo emocional y compartir responsabilidades. Acompañar de manera activa y empática no solo favorece la recuperación de la madre, sino que también fortalece el vínculo familiar y el bienestar del bebé. La salud mental materna no es un asunto individual, es una responsabilidad compartida.


